lunes, 28 de noviembre de 2011

28

Hoy he tenido una sensación extraña... Por un momento, me quedé absorta en mis pensamientos y el mundo dejó de girar:
Todo cambiaba a mi alrededor. Ya no estaba en esa clase que tanto llegué a odiar. No andaba por esos pasillos, ni pintaba en esa pizarra. Aquello seguía igual... o eso creía, hasta hace un par de horas.
Me miré en ese espejo y comprendí. Nada en mi había cambiado. Seguía siendo esa niña indefensa que se escondía en el baño para llorar. No habían nuevos sentimientos, ni nuevas ilusiones. Sigo igual de vacía que hace 4 años... Sin embargo, todo a mi alrededor es tan diferente... Veo el amor en los rostros, veo ilusión, besos... ¿Y yo? Es como si me hubiera estancado en esos años, como si no consiguiera avanzar.
Frustante.. Y de nuevo te me vienes tú a la cabeza, y ese deseo irrefrenable de besarte cada día. No se hasta cuando podré aguantar... o si. "Hasta que tu corazón deje de latir".

domingo, 20 de noviembre de 2011

20

Hoy, es uno de esos días en los que el primer pensamiento que se te viene a la cabeza, te hace llorar. Escuchas el ruido de la calle, y lloras con más fuerzas al comprobar que esta vez el sol no te salvará. Te tapas hasta las orejas, para que nadie te escuche y dejas que tus lágrimas caigan, sin molestarte a detenerlas, sin poder conseguir ningún pensamiento positivo que te saque de donde estés.
Hoy, al igual que ayer, vuelven los miedos. Ya viví esta sensación, por eso se que vendrá después de que mi razón venza a mis esperanzas. Sólo me quedará mi almohada mojada y la ventana que me indica el paso del tiempo... tan inútil como el respirar.

miércoles, 12 de octubre de 2011

3:25

Las 3:11 marcaba el reloj. Aire fresco corría por la ventana. Un coche aparcaba fuera. Era consciente de todo lo que me rodeaba. Vuelvo a mirar el reloj. 3:12.
¿Qué hago aquí?, me pregunto. La respuesta es inmediata. "Esperarlo". Puta locura que me envuelve... ¡Putas ilusiones! Creí que las maté aquel día, entre ron y tabaco...
Así que no me queda más que reconocer que sí, sigo aquí.
Veo fotos del ayer. La melancolía se apodera de mí. Saber que pudo ser y no fue. Tener la certeza de que has hecho lo mejor, y aún así, mirar el pasado y plantearte ciertas cosas que creías olvidadas. Y seguir caminando como si nada. Qué remedio...
Vuelvo a mirar el reloj. El tiempo pasa más rápido de lo que tardas en aparecer. Pero aún así...
Tengo que confesarte que tengo miedo a quererte. ¿Porqué lucharé entonces? ¿Cuál será mi meta? Quizás tu seas de esas cosas que hacen superarse a sí mismo. Quizás jamás debo tenerte. Puestos a pensar... Sabes que serás mio. Que te volverás loco por uno de mis besos. Sabes que tengo todo lo que quiero. Y hoy, a las 3:25, mi prioridad... ERES TÚ.

sábado, 1 de octubre de 2011

Sólo por Ti...

¿No te das cuenta que sólo estoy aquí por ti? Que eres mi aire de cada día, que necesito que me mientas, que necesito que me pongas escusas tontas, aún sabiendo que voy a pillarte... ¿No te das cuenta que anhelo poder mirarte, aunque solo sean dos segundos y después se me parta el alma viéndote partir? ¿No te das cuenta que mi corazón ya no puede más? Que se muere por una respuesta, que vive con uno de tus besos.
¿De verdad no te das cuenta de que aún sigo en pie? Que no me rendí, que aún puedo seguir luchando, cayendo, sangrando... por ti.
¿No eres consciente de que te necesito? A ti, sin adornos, sin florituras, sin más. Llámalo locura, llámalo vicio, llámalo como quieras.
Llámalo amor.
Repito una y otra vez lo que tantas veces dije, voy a enloquecer. Demente. Loca. Obsesiva.
Y sigues sin ser consciente de que aquí sigo, respirando poco a poco tus palabras. Palabras grabadas en el centro de mi alma y de mi corazón esperando que un día abras los ojos y veas todo lo que estoy dispuesta a hacer por ti. Sólo por ti.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Qué decirte más...

Unas pocas palabras. Fue todo lo que hablamos. Suficiente para volverme loca. Llámame tonta, llámame ingenua, pero el efecto que tienes sobre mí es hipnótico.
A veces intento no pensarte, mirar hacia otro lado y olvidarte. Y vuelves. Cargado de esperanzas vacías y palabras que caen sobre mí como el plomo.
No te das cuenta, pero remueves los pocos papeles que me mantienen cuerda.
Aguanto las lágrimas, las ganas de tenerte. Cierro los ojos y camino. Pero siempre te encuentro en mi sobra, en la tierra que cubre mis pies, en el aire que me da la vida.
Si supieras todo lo que tengo que decirte... si por un instante te pararas a escucharme, mirándome fijamente a los ojos... sabrías todo lo que callé.
Sabes que no es un capricho, aunque se que no me crees. Son ya varios años de quererte y no poder...
"Unas pocas palabras", me repito una y otra vez. Unas pocas palabras para perder el control.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Vuelven

Vuelve. Sigue siendo igual. Corro por una calle a oscuras. El sudor resbala por mi frente. Respiración agitada. Pies descalzos. No se oye nada... solo mi pulso.
Espero escondida a que pase el miedo, pero me persigue. Viste con un traje negro azulado, calza zapatos caros, huele a maldad. Me busca con la mirada. Sabe que estoy ahí... me encuentra. Agarra mis rizos y me saca del escondite.
Está cerca mio, puede besarme, puede tocarme. Mete la mano en el bolsillo, y coloca un objeto punzante en mi cuello. Gruesas lágrimas se mezclan con el sudor. Me hace daño, aunque no se da cuenta... está demasiado entretenido rompiendo mi vestido. Sube las manos, las baja, ríe... Intento no moverme, ni hacer ninguna mueca de miedo, pero mi cuerpo tiembla. Aparta el cuchillo de mi garganta y lo lleva hasta el muslo. Esta vez aprieta con fuerza, quiere verme sufrir. La sangre corre, pero ningún sonido sale de mi boca. Noto en sus ojos la frustración. Decide cambiar el lugar de punción, esta vez en el pecho. Siento el calor de la sangre correr por mi escote, cada vez más dolor, cada vez más cantidad...
Despierto. Miro el reloj. Hace menos de media hora que me acosté. "Si así empieza la noche... no imagino como terminará", pensé. Mandé unos sms, cerré los ojos e hice como la que dormía.

martes, 30 de agosto de 2011

Again

"Qué decir cuando lo has dicho todo. Nada te queda dentro. Has dado lo más preciado que tenias, eso que nunca le distes a nadie. Miles de veces tragastes tu orgullo, si, lo hicistes, aunque parezca imposible, respirastes hondo, te prometistes no llorar si no salía lo planeado, dejastes la arrogancia y... sólo porque él". Las palabras que me digo a mi misma vuelan sobre esta habitación, enredándose en mi pelo, una vez más.
Miro alrededor. Tu imagen me persigue, así que decido cerrar los ojos.
Mis labios dibujan una media sonrisa a la vez que mis ojos se desbordan. No río de felicidad, sino de lo tremendamente tonta que me siento, tan estúpida... Una vez más volví a caer en la trampa que yo misma me monté. Si, lo merezco. De nuevo por ingenua.
El mismo cuento de siempre, pero con diferente villano... La misma princesa, el mismo corazón.
No diré que jamás volverá a suceder, porque se que en cualquier momento volveré a caer... pero esta vez... ya no tengo nada nuevo que perder.

viernes, 19 de agosto de 2011

Regreso

Agosto. Otro mes que se va. Siento que no me ha servido de nada este tiempo de relax. Llego, y lo encuentro todo como lo dejé. Tenía la esperanza de que algo cambiara. Los mismos problemas, las mismas caras de infelicidad... y ahora, esto. Otro problema más. Uno que no quería, y que aún así... acepté. Ya no hay marcha atrás. Mi cabeza empieza a moverse de nuevo.
Demasiado tiempo sin soñar me asusta. Se que cuando lo haga será terrible. Alguna presencia me inhibe. No me gusta. Quiero ser yo, fluir a pesar de todo.
La melodía a piano no me calma. Algo se mueve dentro de mi, algo diferente. Pero no se que es. Necesito volver al punto de partida.
Presión. No estoy acostumbrada a esta sensación, y no se como enfrentarme a ella. Querer y no poder. Maldita sensación. No se que me frena, no se que es lo que quiero esperar. Demasiados días tontos. Demasiado tiempo perdido quizás.
Siento que no respiro. Las paredes me asfixian. Se me agotan las ganas. Siento que pierdo mi energía. Me la están robando sin piedad. ¿Qué soy yo sin ella? Es el empujón que me levanta cada mañana, y desde hace dos días...
Nervios. No recibo lo que espero. No doy lo que anhelas. Quizás será mejor que no vuelvas. Vete antes de que me aferre a ti y duela. Soy demasiado débil para volver a lo mismo...

miércoles, 13 de julio de 2011

Pesadilla

Pesadilla extraña. Nos encontrábamos en una casa desconocida para mi. Aparatos por todas partes, sensores de luz y de movimiento. Mucha gente a mi alrededor, tios, tias, primas, padres... Un pequeño televisor en blanco y negro se encontraba en el centro de la habitación. No sabía muy bien que era lo que hacíamos allí. Una mujer de pelo canoso, y de aspecto bastante viejo, no paraba de observarme desde un sofá arrinconado. Tenía un chisme en la mano. No funcionaba, aparentemente. De repente, se fue la luz, y el cacharro se encendió. Tenía una especie de pantalla en el centro, por la que se veía la habitación. Curioso. " Muévete", me dijo la anciana. Anduve por toda la habitación, hasta que lo vi. Mi primo pequeño jugaba en el patio con un cubo y un rastrillo... al lado tenía otro niño. No lo conocía, aunque se parecía a él. Observé la pantalla, intentando descubrir quien era. Las farolas daban una luz tenue. Alcé la mirada, el niño se había ido. No entendía. Volví a mirar la pantalla y mis ojos volvieron a encontrarlo, en la misma posición. Solté un grito ahogado, y me fijé aún más. Aquel pequeño no tenia una composición sólida... era como de humo. Di unos pasos hacia atrás, mirando alternativamente al espacio vacío y al pequeño aparato. Entré en el comedor y vi a mi madre, sentada junto a la anciana charlando. Silencio al entrar. Se levantó y encendió la tele. Yo salía ahora en la pantalla. La mujer mayor me enfocó con el mismo chisme que había tenido en mis manos hacía unos segundos. Y entonces... primero aparecieron dos adolescentes junto a mi. "Ni siquiera los conozco, que locura...", dije. "Míralos bien", respondió mi madre. Era una muchacha alta, castaña, con pelo rizado a media melena. Nariz chata, como la mia, ojos grandes, como los de mi madre, boca... No podía ser... Mi hermana sonrió. "Neiva", dijo. El corazón iba a salirse del pecho. Pero no tenía miedo. Miré a mi izquierda. Chico más alto que yo, de pequeños ojos verdosos, como los mios, nariz un poco más pronunciada, como la de mi padre, cuerpo de atleta... Él también sonrió. "Manuel". Gruesas lágrimas caían por mis mejillas... Sí, eran mis hermanos... Intenté tocarlos, pero se desvanecieron. Ahora, una mujer gordita, bajita, era la que estaba a mi derecha, y un muchacho muy corpulento a mi izquierda. No hicieron falta presentaciones. Mi abuela agarró mi mano, y mi primo puso la suya en mi hombro. No era la única que lloraba en la habitación... Mi madre se secaba la cara. "Aunque te sientas sola, aunque pienses que nadie te cuida, aunque te sientas perdida y cometas errores, cierra los ojos y acuérdate de este momento. No estás sola, nosotros estamos contigo, siempre, aunque tú no lo creas, nunca te dejamos sola, mi pequeña", dijo mi abuela. No tuve tiempo a reaccionar. Se encendieron las luces, se apagaron los monitores y desperté.

jueves, 30 de junio de 2011

FJP

Luz tenue. Música alta en mis oídos. Me aislo del mundo. Mi cuerpo pide un cambio.
Quiero dejar atrás todos los amaneceres en los que fui una ingenua. Aún sigo pensándote, pero cada vez te siento más lejos. No estás conmigo, y tengo que ser realista... no lo estarás. Eres sólo el capricho de una niña.
Sigues en mis sueños. Me torturas con esa sonrisa, con esa voz. Clavo las uñas en mi cuerpo. El dolor me hace volver a la realidad. Jamás, me repito una y otra vez... hasta que llega la noche.
Puedo olerte. Tocas mi cuerpo, me arropas, besas mi piel. Siento tu pecho contra mi espalda. Y me vuelvo inmensamente feliz. Desearía tanto que eso se hiciera realidad... Dime que es lo que te frena, y haré de nuestro camino un mar, inmenso, sin fin, puro.
Aparece y sentenciame. Juro no volver a cruzar una mirada contigo, juro no volver a sonreir al verte.
No se como afrontarte... ni siquiera se si sigues recordándome. ¿Me recuerdas? ¿Recuerdas las tardes en las que te esperaba en mi portal, sólo con la escusa de ir a estudiar? ¿Recuerdas esas miradas fugaces en clases? Cada una de tus palabras, tatuadas. Cada una de tus sonrisas, a fuego. Sabes que eso no será así para siempre.
Hoy he tenido suerte... empiezo a olvidar.

lunes, 27 de junio de 2011

Declaración?

Sigues paseándote. De un lado a otro, de aquí para allá. Desapareces, vuelves. No llamas a ninguna puerta. Tampoco las cierras. Cuando me rindo, me das la mano. Cuando abandono me buscas. Secas mi sudor. Pero no me sacias.
Siento el frío, me arropas. Tengo calor, me despojas. Lames mis heridas. Me hieres cuando menos lo espero. Secas mis lágrimas cuando lloro y las provocas cuando se van.
Sueño contigo cada noche... siempre en vano, nunca apareces. Te dedico cada amanecer y cada duermevela. Mi mente es toda tuya. No existe hora, ni día, ni situación en la que no estés presente. Mis labios solo te buscan a ti, mis manos no te encuentran. Y lloro. No estás aquí para consolarme. Solo en sueños.
Tantas cosas por ti, tantas... No tienes ni idea, por suerte. Pensarías que estoy loca...
Ni siquiera sé porque te escribo esto. Tal vez, porque no me atrevo a decírtelo, tal vez, porque tengo la esperanza de que lo leas, y sepas que eres tú. Quizás algún día, cuando no tenga nada que perder, hable.
Sabes que es una locura. No lo entenderás, pero no hace falta que lo hagas. Hay cosas que superan la ciencia y la lógica. Yo. Lo que siento por ti.
Eres hielo y fuego... Eres mi vida... pero también mi muerte.

domingo, 12 de junio de 2011

Truenos

El agua me caía por los hombros. Los truenos rugían en mi cabeza. Los relámpagos iluminaban la calle. Mis lágrimas se mezclaban con la lluvia.
Me encontraba en una cuidad, desconocida. Las farolas estaban apagadas. No había nadie en la calle. Corría, como nunca antes lo había hecho. Doblé la esquina y me escondí debajo del hueco de una escalera. Advertí que iba descalza de un pie. Al parecer, el vestido que llevaba estaba rasgado, pues sentía el frío del agua en mi torso. Me acurruqué, pareciendo un ovillo. El pelo mojado me cubría las rodillas. Intentaba ahogar mis sollozos con el fin de no ser encontrada, de no ser descubierta.
Oí pasos a lo lejos. Alcé la cabeza. Me había encontrado... Estaba muerta. La silueta se acercó a mi, con un objeto en la mano. Me sacó de los pelos de mi escondite. Le pedía clemencia. Me estampó con la pared, y empezó a besar mi cuello y mi pecho mojado.
Tenía más fuerza que yo, no podía moverme. Todavía no le había visto la cara, se la cubría una capucha color negro por completo. Pero esos besos... esas manos... esa voz aterrándome... Empezaba a subirme el vestido, empezaba a tocarme la pierna. Sabía lo que vendría. Una patada fue directa a su abdomen, y como reflejo, un cuchillo a mi garganta. No apretaba, sólo avisaba. Volvía a su trabajo, pero esta vez de forma más violenta. Me hacía daño, su mano empezaba a apretar, el cuchillo se clavaba en mi piel. Gritaba de dolor, sentía la sangre caer por mi escote...

Desperté de un salto, algo me había asustado. Llovía intensamente. Truenos y relámpagos me acompañaban. Toqué mi cuello, mi cuerpo, sin encontrar nada anómalo. Mis ojos se toparon con una ventana abierta. Miré alrededor, pero estaba en mi cama. Desorientada me levanté a cerrarla, y entonces caí en la cuenta de que aveces los errores que tanto nos molestan, puede que se lo hagamos a los demás, en este caso, a una misma. Volví a la cama con una sensación extraña en el cuerpo. Cerré los ojos y me dormí.

martes, 7 de junio de 2011

Noches

El ruido de la calle no me dejaba dormir, así que me levanté a cerrar la ventana. Aún era de noche, y las farolas estaban encendidas. Tapé mi cuerpo desnudo con la sábana que le arropaba. Dormía como un bebé. No se dio cuenta de que me había levantado.
Volví a la cama y me acurruqué como hacía normalmente contra su pecho. Esa vez no me abrazó. Llevaba un par de días sin hacerlo. Conseguí dormir con el último rayo de sol.
Abrí los ojos. Me notaba sola. Mi mano recorrió su parte de colchón, encontrando la nada. Esa terrorífica sensación recorrió mi cuerpo...
Esa noche el frío que entraba por la ventana era el motivo de mi desvelo. Tapé mi cuerpo con la misma sábana y cerré la misma ventana. Vi las mismas farolas y me acompañaba la misma noche. Él ni se movió. Volví a acurrucarme contra su pecho, pero no obtuve ninguna respuesta. Desperté horas más tarde, sola de nuevo. El corazón me dolió una vez más...
Estoy tumbada en la cama. Lo siento encima. Su cuerpo arde, sus besos queman. Mis ojos se encuentran con esa ventana, de nuevo abierta. Y entonces comprendo. Lo separo de mi con dificultad. La sábana que me viste cada madrugada está en el suelo, al igual que mi ropa. Me levanto sin decir nada y empiezo a vestirme. No le miro a los ojos, sé lo que aré. Me pongo los pantalones y la camisa, busco las llaves del coche en mi bolso y me dirijo hacia la puerta. Lo miro por última vez, mis ojos lo dicen todo. Mis labios dibujan una sonrisa al ver su confundida expresión.
"Cierra la puta ventana" -fue lo último que dije antes de desaparecer por el umbral de la puerta dando un portazo.
No es el echo de que no te abrace, de que no te de los buenos días al despertar, de que no sea cariñoso cuando lo necesitas y de que no se despida de ti al marcharse, es el echo de que pudiendo evitarte sufrimiento no lo haga...

viernes, 3 de junio de 2011

Dibujos

Hoy la razón me vence... Hoy no sé que es lo que está al derecho y que al revés.
Quizás mi empeño no justifique la ausencia del suyo. Quizás las ganas que yo tengo no sean suficientes para hacernos volar. Volar... sensación que muchos quieren pero que nadie se esfuerza a encontrar.
Hoy las ganas se fueron con el soplo del levante. Un simple susurro de labios, un simple movimiento de pelo. Se fueron, de nuevo.
Cada vez aguanto menos esta carga, lo siento. Siento como mi cuerpo reacciona. No estoy dispuesta a tirar del carro sola. No puedo, compréndeme. No puedo volver a caer una y otra vez en lo mismo... mi corazón no lo soporta. No más dolor. Se apena de mí una y otra vez. Él cree que no oigo como llora, pero aveces, en mitad de la noche, con el silencio, escucho sus quejidos... El tiempo retrocede entonces. De nuevo esa sensación en el pecho, ese vacío donde sólo están sus ojos marrones, su piel morena y su voz suave, con ese acento... Lo pienso en frío, y sólo me das asco, pena.
Hoy, nada de lo que quiero construir tiene cimientos firmes, sólo son bocetos a mano alzada dibujados por una niña de 4 años... esa niña que todavía vive en mí, y que aún cree en los cuentos de hadas.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Ansiedad

Aquel día me sentía apática desde el comienzo. Sentía que el tiempo corría más deprisa de lo normal. No me daba tiempo a hacer todo lo que tenía en mente: hacer las camas, recoger la cocina, estudiar... Los nervios empezaban a apoderarse de mi poco a poco y se me acumulaban en el pecho. Llegó la hora. Un mal resultado en el trabajo que con tanto ahinco me había preparado. La presión en el pecho aumentaba, y no sabía controlarla, no sabía de donde venía ni que hacer con ella. Las últimas horas de clase fueron lo peor. No quería estar en ningún sitio, no quería irme, pero tampoco quedarme. Me agobiaba el simple murmullo de la gente, no podía estar sentada, pero tampoco de pie... El sueño que tuve aquella noche no paraba de rondar por mi cabeza, esa sensación que me dejó al despertar... La presión del pecho aumentaba. Sentía que iba a rebosar en cualquier momento. Una voz desde lo lejos me sacó del murmullo en el que me hallaba. Salí fuera y entonces... caí. No podía respirar, el pecho me presionaba los pulmones. La falta de oxígeno me mareaba. No podía pensar, ni decidir. Sentía el latir del corazón en la garganta, fuerte como si se quisiera salir de donde está, como si me maltratara... El mecanismo reflejo de mi cuerpo fue llorar. Lágrimas de salvación que corrían por mis mejillas. Me veía sentada en el suelo, inútil. Sin saber que decir... El tiempo pasaba, y sentía que no lo volvería a contar. Si no hubiera sido por esa mano amiga que estuvo conmigo durante todo el proceso... no sé que habría sido de mi.
Poco a poco, mi respiración volvía a normalizarse... Y de ahí al médico, el cual se limitó a decirme que me tranquilizara... Eso es lo que les enseñan en la carrera... Irónico, ¿verdad?

jueves, 12 de mayo de 2011

Precipicio

Hoy... me siento vacía. Algo falta dentro de mí. Ilusión, risas, ganas... No sé qué es, pero no puedo avanzar.
Llego a casa. Dejo las llaves del coche en la mesa. Me quedo pensativa, y sin saber porque... lloro. Gruesas lágrimas. Eso no hace sentirme mejor.
Rodeada de tanta gente, y sentirme tan sola, ¿cómo es posible eso?
La indiferencia que me rodea asusta. ¿Es así de sencillo mentir? ¿Es tan fácil jugar con los sentimientos de una persona? Sí, lo es. Ya lo has comprobado...
No juraré ser una santa, pero creo que ya he pagado mis errores. Cumplí condena. Ahora... libertad. Cierro los ojos. Me veo al borde de un precipicio. El color verde me rodea. El viento ondea mi vestido, largo hasta los tobillos. El sol da de lleno en mi cara. Sensación agradable. Abro los brazos y siento que puedo volar. Cierro los ojos para exprimir esa sensación al máximo. Vuelo por encima de los árboles, lagos, nubes.
Sólo me preocupa la nada, sólo flotar. Me fijo en cada detalle, cada animalito...
Ahora me siento completa. Siento que formo parte del paisaje que me rodea, formo parte de la naturaleza, formo parte de algo...
Abro los ojos. Me asfixia la realidad. Se me ata al cuello sin compasión. Vuelvo a mi salón, vuelo a las lágrimas y a la soledad. Agacho la cabeza y pienso... Hoy, me siento vacía.

lunes, 9 de mayo de 2011

Lunares

Me miras... sé lo que estas pensando. Te acercas a mi, sigiloso. Posas tu mano sobre mi hombro desnudo. Sé lo que sientes. Me acaricias, parándote en cada uno de mis lunares.
Dibujas mi silueta con tus dedos. Empiezo a tener cosquillas. Juegas con mi rubio pelo, te enredas en mis rizos. Sigo inmóvil de espaldas a ti, intrigada en tu próximo movimiento. Nada, salvo una pequeña risa rompe el silencio de la habitación. Se va la luz...
Siento que el calor fluye de mi cuerpo, rodeándonos. Siento la oscuridad, sin necesidad de abrir los ojos. Siento tus dedos, que se separan de mi cuerpo. Se va mi sonrisa.
Ahora te tengo delante, no te veo, pero te siento, te intuyo, te huelo... Vuelves a acariciar mi espalda, esta vez de forma diferente. Me aprietas junto a ti, fuerte. Nariz con nariz, pecho con pecho. No me besas, no nos movemos... quieres disfrutar de tenerme tan cerca, como tantas noches en tu cama habías soñado, habías planeado. Quieres que el momento sea eterno, y parar el tiempo en ese instante. Cierro los ojos. Puedo oler tu perfume, puedo notar el compás de tu respiración, puedes sentir mis ganas... Te acaricio, traviesa. Quiero encenderte, me gusta. Quiero que el juego empiece...

jueves, 5 de mayo de 2011

lo sé :)

Lo sé... Sé que echarás de menos mi risa nerviosa cuando llamabas, echarás de menos mi voz tonta cuando decías algo que me gustaba, echarás de menos que me sonroje, que haga la tonta una mañana de lunes a las 7 de la mañana, incluso que te agobie... las largas noches en las que no querías irte, y dejarme, y algunas en las que si querías y no te dejaba...
Ya no merece la pena volver a darme una oportunidad, ¿para qué? buaah... Aprendí a no confiar en nadie, ni a destaparme tan facilmente...
Quizás me equivoque, pero sé, que en definitiva, me echarás de menos a mí.

domingo, 17 de abril de 2011

Raro

Otra vez no.
Hacía 6 meses que no dormía tan mal como lo he echo esta noche. De nuevo una pesadilla. Siempre con el mismo mensaje, siempre de la misma manera, siempre la misma sensación al despertar...
Estoy en un descampado. La luz del sol da en mi cara. Empiezo a tener calor. No tengo agua, no tengo una sombra en la que cobijarme. A mi alrededor, la nada. No se donde estoy, ni que es lo que hago aquí. Decido ponerme a andar hacia ninguna parte. Noto como sudo. Miro mis manos, vacías. Voy notando esa sensación en mi pecho que me ahoga. Sé lo que va a pasar... no quiero. Otra vez no...
Despierto. Me duele todo el cuerpo. Toco mi pecho, e intento relajarme. Vuelvo a cerrar los ojos y me veo de nuevo en el descampado. Esta vez en otro sitio diferente. Empieza a caer la noche, y yo sigo andando. Se va la luz, el calor y con el mis sentimientos. Ahora solo veo millones de estrellas, y una media luna que casi no alumbra.
Siento como crece ese sentimiento en mi pecho, y echo a correr para poder evadirlo. Caigo, y siento mis mejillas mojadas. Ya no hay vuelta atrás, así que me encorvo y toco con la nariz mis rodillas. Dejo que las lágrimas caigan, no puedo hacer nada para controlarlas. Cada vez me cuesta más respirar.
Despierto. Necesito que alguien me recoja. Cojo el móvil y marco. Toque. Aún me duele el pecho... necesito sentirme querida, consuelo. Nada. Me levanto y empiezo el día.
Otra vez no...

martes, 29 de marzo de 2011

Rinconcito

Después de un tiempo sin pasar por aquí... vuelvo.
No han cambiado las cosas demasiado. Sigo siendo esa niña indefensa que busca resguardo en unos brazos equivocados creyendo encontrar el calor que falta en mi cuerpo.
Ahora mis lágrimas son más pesadas. Ahora los recuerdos duelen más por ser más lejanos. Sí, sigo llorando... aunque algunos no lo crean. Lloro más a menudo de lo que me gustaría.
Algunas alegrías en estos últimos meses. Menos de las que, creo, merezco.
Los pocos besos siguen sin ser sinceros. Las miradas siguen sin decirme nada.
Siento como todo a mi alrededor se vuelve poco nítido. Siento como la gente enloquece. Unos de amor, pocos, otros de odio, otros de tristeza... ¿y yo? Sigo igual. Nada ha cambiado en mí. Nada aparente.
Me siento delante de la pantalla y espero algo que me haga salir de donde estoy.
Salgo de ella, y los recuerdos vuelven a mi. Las lágrimas vuelven, donde sea, incluso en un rinconcito de la calle betis. No se cerró la herida correctamente y se vuelve a rasgar con el menor movimiento.
Cierro los ojos y enciendo otro cigarro tal vez esperando a que en cualquier lugar haya alguien pensando lo mismo que yo...

sábado, 12 de febrero de 2011

Viento

Necesito un poco de aire fresco en mi vida. Un huracán que me haga renacer de donde estoy. Arder en las llamas es lo mejor que me podría pasar, y luego... empezar de cero. De nuevo. Un folio en blanco. Unas primeras veces. Viajar.
Que el viento gire la suerte y me sea favorable. Que cambie la dirección de la veleta.
Necesito sol. En el pasado recurrí a él para borrar mis heridas. Fue mejor que las tiritas y el alcohol. Vuelvo a necesitar el calor sobre mi piel, ese aire con una pizca de sal en el ambiente, esa lengua extranjera...
Las lágrimas recorren de nuevo mis mejillas, ahora sin ganas. No me quedan fuerzas ni para llorar... Dejo que caigan. Hace tiempo que ahogo mis llantos. No quería llorar más. Pero ya no puedo más. Exploto.
Ahora las horas pasan lentas, pesadas, tic-tac tras tic-tac...
Me siento en mi cama con la cabeza gacha, esperando que de nuevo vuelva a ser yo.

jueves, 10 de febrero de 2011

Tiempo

Aveces las cosas pasan sin ningún motivo aparente. Gente que se va, besos que no dicen nada... Historias sin moralejas al fin y al cabo.
No se que espera el mundo de mi. No se lo que espero yo del mundo. Mi vida se ha vuelto un poco efímera. Jamás creía que haría las cosas que ultimamente hago.
Estoy contradiciendo mis principios. Soy quien no querría ser. Supongo que será otra racha.
Quiero lo que no puedo, lo imposible, lo inalcanzable. Y lo quiero ya. Mis labios piden a gritos el roce de otros. Mis manos... en fin, ellas son un mundo aparte.
Quiero ser el centro de todas las miradas, quiero ojos fijos en mi caminar, cruces de miradas intensas. Quiero destacar...

Intento evadir esos pensamientos tan poco típicos de mi. Pero se apoderan de mi cabeza y de mi cuerpo una y otra vez, dejándome sin aliento.
Cierro los ojos y trago saliva. Esperemos por el bien de todos que esto solo sea un sentimiento pasajero...

lunes, 10 de enero de 2011

Nuevo

Primera entrada del año... Sigo sin nada nuevo que decir. Una decepción tras otra.
He cambiado tanto este año pasado... En todos los aspectos de mi vida. Algunos para mal, y sigo sin saber porque. Otros, no tantos, para bien. He conseguido madurar en algo en mi, voy viendo las cosas desde un punto de vista diferente.
Los malos recuerdos me enseñan a aprender. Los buenos a ponerle ganas a todo un año, que sin duda, será de recordar. Este año si.
Proyectos futuros me animan. Problemas ajenos del presente me hacen tomarme la vida de otra manera. Sabes que siempre me tendrás ahí. Eres imprescindible en mi visa, cari.
Le vuelvo a poner ganas a estos 12 meses. Me propongo nuevos retos. Con una sonrisa y unos labios dispuestos a probarlo todo, comienzo mi particular año 2011. =)