viernes, 8 de octubre de 2010

Pesadilla

De nuevo las pesadillas... Se hacen extrañamente frecuentes con el tiempo.

Es siempre lo mismo. Me encuentro en una estación de metro. Es de noche, todo está oscuro, y estoy sola. No hay la más mínima señal de vida. Un nudo en el estómago me empuja a seguir hacia lo que adivino la salida. Nadie me abre la puerta.
En el exterior el frío hace que me espabile. Un espeso bosque me rodea. Árboles grandes, que mecen sus ramas creando una melodía inquietante. Siento que he perdido algo, así que echo a correr hacia ningún sitio. No veo por donde voy, sólo se que mis pies se mueven, y el suelo con ellos. Resbalo, caigo y sangro. Una herida en el antebrazo izquierdo. Profunda. La sangre no me marea, aunque mi alrededor cambia. Me encuentro de nuevo en la estación de metro. Tan vacía como la recordaba. No se cual es mi camino, no se donde alguien me espera... La soledad me invade, hasta la última célula. Lágrimas caen por mis mejillas. Pesadas y dolorosas. Me siento en un rinconcito a oscuras, esperando que alguien me encuentre. Me acucuno. Mi cabeza besa mis rodillas. Las lágrimas no cesan. Y me quedo allí, sola, hasta que algo en mi pesadilla haga despertarme...

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