jueves, 21 de octubre de 2010

...

Ya no se que más hacer. Todas mis fuerzas se fueron contigo, donde quiera que estés. Ya no puedo pensar con claridad, se me agotaron las ideas. Sólo las lágrimas inundan mis ojos, una y otra vez, y otra, y otra... Todas las noches y las mañanas me parecen iguales. Cada lágrima me sabe diferente.
Solo necesito abrazarte de nuevo! Solo necesito un par de palabras para poder descansar de esta incertidumbre. Solo tu puedes sacarme de donde estoy, acurrucada en mi cama, mientras el tiempo pasa lento y espero una respuesta.
Pero ya no tengo nada dentro para seguir. Nada me impulsa hacia arriba, y todo hacia abajo. ¿Porque? ¿Porque? ¿Porque?...
¿Qué le digo a mi cabeza? ¿Qué es lo que se supone que debo sentir?
Empiezo a enloquecer tan deprisa que no me paro a ver las consecuencias. Miro por la ventana de mi alma. Nada, igual que tu. Oscuro, igual que el pozo donde estoy metida. Soledad, de nuevo te siento conmigo.
De nada sirve arañar las sábanas, ni morder la almohada. De nada sirve el frio en mis pies, ni estar aqui como una estúpida niña pequeña.
Tengo la sensación de que mi vida se desmorona de nuevo. Todos los planes se hacen trizas en mi regazo. Todo lo que deseaba hacer contigo se vuleve borroso por segundos, tanto es así que ya empieza a desaparecer.
Me rindo... haz conmigo lo que quieras. Arrúgame, dóblame y tírame a la basura. Qué más da. Solo quiero cerrar el libro y acostarme sabiendo el final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario