sábado, 18 de septiembre de 2010

Invierno...

Nubes. Empañan mi camino y mis sentidos. Lluvia. Mojan mi pelo y mis ojos.

Llueve dentro de mí de nuevo. Parece que el sol y el calor evaporaban los recuerdos, y ahora que se ha ido... el pánico recorre mi cuerpo.
La idea de un nuevo invierno, tan parecido al anterior, y al anterior, y al anterior, me da escalofríos. Nada me impulsa a seguir adelante ahora. Nada me motiva.

Sueño de nuevo cosas que claramente recuerdo, y que no deberían estar en mi mente. Hace que se remueva en mi toda la mierda que dejé de lado para seguir adelante.

Será la lluvia, que ablanda mi corazoncito (que algunos piensan de piedra). Será el frío, que paraliza mi cuerpo, erizándome.

No quiero empezar de nuevo de la misma manera. No me siento con fuerzas. Quiero encontrar el calor de unos brazos cada día. El timbre de voz de alguien que me anima.

Pero se queda en eso. En lo que es. En sueños. Donde el pasado nunca muere. Donde mis pesadillas no me dejan dormir. Así no puede empezar nada nuevo. Así todo lo que deseo se envenena... y me sumo en las nubes... y en la lluvia.

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